En diciembre de 2015 se concretó la operación de compra de la ensambladora en Barcelona que pasó por debajo de la mesa, gracias a un entramado legal diseñado por un bufete de abogados en Panamá a petición de los socios del Estado en el negocio de los carros Chery
“¡Ahí viene el lobo…!” La historia en los últimos años de MMC Automotriz en Venezuela se parece a esa vieja fábula. Muchas veces corrió el rumor de la venta a causa de la paralización de su producción, pero nunca ocurría nada. Hasta que por fin se dio y el hecho, prácticamente, pasó desapercibido.
Panama Papers, la mayor investigación periodística en la
historia, que dejó al descubierto una red de empresas de maletín domiciliadas
en paraísos fiscales para la evasión de impuestos y lavado de dinero, arroja luces sobre cómo se concretó
la compra de la ensambladora de Mitsubishi en Barcelona, estado Anzoátegui, por
parte de un grupo de empresarios socios del Gobierno Bolivariano.
La negociación se materializó a mediados de diciembre de
2015 en Hong Kong cuando el conglomerado empresarial japonés, Sojitz Group, se
desprendió de su empresa MMC Automotriz en Venezuela siendo adquirida por el
Grupo Yammine, conocido en el mercado nacional automotriz por poseer el 49% de
la empresa mixta que produce los carros Chery. El otro 51% corresponde al
Estado venezolano.
Entramado empresarial
Según información de MMC Automotriz el nuevo propietario es
el grupo Sylca, que es una sociedad registrada en Florida, Estados Unidos y que
según consta en las filtraciones de Panama Papers está estrechamente vinculada
a los Yammine, clan encabezado por Sarkis Mohsen Yammine Leunkara, oriundo del
Líbano, y Antonio José Yammine Saade y Mohsen Yammine Saade, nacidos en Caracas
y El Tigre, respectivamente.
Aunque en un primer momento los nuevos propietarios quisieron
pasar desapercibidos, los documentos conocidos del bufete panameño Mossack
Fonseca comprueban que el grupo Sylca recibe fondos de ICA International
Automobiles Limited, una empresa creada por los Yammine en Hong Kong para
venderle material y autopartes a Corporación Automotriz Z.G.T. que es la figura
legal que usan en su alianza con el Gobierno en la producción de carros Chery,
es decir, se pagan y de dan el vuelto. Tal como queda reseñado en el reportaje “Loscarros Chery son un negocio redondo para la familia Yammine”.
Chao, Mitsubishi
Aunque no hay datos sobre el monto en el que fue vendida la
MMC Automotriz, sí se conocen
generalidades del acuerdo, como el hecho de que solo está garantizada la
continuidad de la representación comercial de las marcas Mitsubishi, Fuso y
Hyundai mas no el ensamblaje en la factoría de Barcelona. Eso significa que
solo se garantiza la venta más no la producción.
De hecho, la continuidad de la representación comercial de
las marcas en cuestión está garantizada, toda vez que legislación venezolana
obliga a las firmas automotrices que hacen vida en el país a suplir a sus
clientes de piezas y partes hasta 10 años después de su retiro del mercado.
También se supo que Sylca ratificó a todo el tren ejecutivo
y la gerencia actual en la conducción de la empresa, así como mantener los
compromisos contractuales con los cerca de 1.300 trabajadores directos que
laboran en la factoría.
Además, aseguran que mantendrá las actuales redes de concesionarios,
responsables de la distribución y venta de vehículos, servicios y repuestos.
¿Qué ha cambiado?
En la práctica el cambio de dueños no ha significado
absolutamente nada para los trabajadores y aliados comerciales de MMC
Automotriz.
Jahaziel Bolívar, secretario de finanzas del sindicato de
los trabajadores de la compañía, asegura que las operaciones se mantienen
paralizadas desde octubre de 2015 y desde entonces estima que más de mil
vehículos se han dejado de ensamblar.
Y es que desde el año 2012 en la planta ubicada en la Zona
Industrial de Barcelona no saben lo que es funcionar al cien por ciento de sus
capacidades. En esa época fabricaban hasta 14 mil carros.
2013 fue el año del inicio de los problemas para adquirir
materia prima. En ese periodo fiscal la producción fue de 7 mil unidades. Las
cosas nunca mejoraron, al contrario, todo empeoró hasta que decidieron vender.
Mientras tanto, los trabajadores se encuentran de “permiso remunerado” desde
hace unos 5 meses. “Desde octubre sólo está asistiendo a la empresa el personal
de mantenimiento, pero los que estábamos en la parte de producción hemos estado
en nuestras casas a la expectativa de lo que pueda pasar”, comentó.
Con qué propósito se adquirió la ensambladora no está claro. Personas allegadas al sector automotriz aseguran que grupo Yammine buscaba una planta que le permitiera ampliar la producción del Tiuna, un todoterreno con detalles de lujo basado en una plataforma Chery y que actualmente ensambla en una pequeña edificación en Fuerte Tiuna. De momento, este vehículo solo es comercializado entre la alta oficialidad castrense. Lo que sí es evidente es que con la compra se han vuelto los más poderosos de negocio de carros en el país.
Con qué propósito se adquirió la ensambladora no está claro. Personas allegadas al sector automotriz aseguran que grupo Yammine buscaba una planta que le permitiera ampliar la producción del Tiuna, un todoterreno con detalles de lujo basado en una plataforma Chery y que actualmente ensambla en una pequeña edificación en Fuerte Tiuna. De momento, este vehículo solo es comercializado entre la alta oficialidad castrense. Lo que sí es evidente es que con la compra se han vuelto los más poderosos de negocio de carros en el país.
Otro dato sobre sus políticas es que las empresas del Grupo
Yammine – Cenareca y Corporación ZGT/Chery de Venezuela - no están afiliadas a
la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez).
Tampoco reportan sus cifras de producción y ventas.
La historia
La venta de la planta decreta la muerte de MMC Automotriz,
empresa fundada en 1990 tras un acuerdo suscrito entre el venezolano Consorcio
Industrial Fabril (CIF), propietario de la planta, y el grupo japonés Iwai,
germen de la que luego sería Corporación Sojitz. Inicialmente, Sojitz era
propietario de 49% de la empresa, pero con el tiempo se fue apoderando de más
acciones hasta detentar 98% del capital.
Desde sus comienzos, MMC ensambló la marca japonesa Mitsubishi, y en 1996 comenzó la producción de la coreana Hyundai, firma que rescindió el contrato tecnológico en 2012 como consecuencia de los magros resultados de la operación, y en atención a un reajuste en sus actividades en América Latina. La planta también produce camiones de la alemana Fuso.
Desde sus comienzos, MMC ensambló la marca japonesa Mitsubishi, y en 1996 comenzó la producción de la coreana Hyundai, firma que rescindió el contrato tecnológico en 2012 como consecuencia de los magros resultados de la operación, y en atención a un reajuste en sus actividades en América Latina. La planta también produce camiones de la alemana Fuso.
MMC Automotriz es la más importante empresa privada en
Barcelona. Ha sido el principal
contribuyente privado al Fisco Nacional en la región y el mayor contribuyente
municipal en el Ayuntamiento.
José Ángel Tovar
Con información de Roberto Deniz
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