Entre lo complicado que se muestra el mundo y, lo que cada ser humano se enrolla a diario, perdemos tiempo para amar. Mentiría si no dijese que en este momento que yo mismo estoy impresionado de esta hazaña tipo “cliché”. Pero es cierto. Nada me habría resultado tan épico en tanto tiempo; que volver a escribir una “simplicidad” fundamentada en aquella energía que notoriamente hemos expulsado de nuestras almas. Al parecer los libres pensadores si existen y aunque distantes se les pudiese imaginar, parecen estar conectados tales peces al mar. Indiscutiblemente, habrá unos que apostarán al positivismo, mientras existen otros que solo se limitarán a experimentar. Este es el tiempo del espíritu decían mis voces interiores y decidí escucharles. Les busqué y aunque aún no las tengo a todas en la cercanía de mi aura, puedo asegurar que no existe algún agente externo que pueda arrebatarme las ganas que incluso tengo de amarte a ti en este momento. Algunos lo dirán y lo multiplicarán. ...