Tensa calma se siente en el internado de Puente Ayala con la presencia de 800 reclusos de El Rodeo A las afueras se distinguen los distintos grupos de visitantes Luego de varias horas de pie la mujer busca donde sentarse a descansar. Sin querer tropieza con una botella, la cual va directo al suelo y produce el estruendo propio del vidrio al quebrarse. La reacción no se hace esperar: gran parte de quienes hacen fila para entrar se sobresalta, incluso una señora deja escapar un “¡ay Dios mío!”. La escena ocurre a las afueras de la cárcel de Puente Ayala o Internado Judicial José Antonio Anzoátegui, como es su nombre oficial. En el lugar se reiniciaron las visitas durante el fin semana luego de un motín el pasado viernes y el susto causado por la botella demuestra que la normalidad no llega al penal, si acaso, una tensa calma. Inconscientemente los visitantes se agrupan en sectores que hacen fácil identificarlos: las más apartadas son las trabajadoras sexuales qu...